martes, 7 de abril de 2020

Perú, gigante de la pesca mundial.



 Siempre me ha llamado la atención la capacidad de Perú como potencia de la pesca mundial. Entre 2005 y 2014 fue el segundo país del planeta en promedio de millones de toneladas de capturas, solo por detrás de China, que le dobla,  y por delante,  con diferencia, de Indonesia y EEUU, los otros gigantes de este antiguo arte.
La "Anchoveta del Perú" (Engraulis ringens) fue la especie más abundante de la pesquería global durante ese periodo doblando en cantidad a la siguiente en el ránking de capturas, el "Colín de Alaska" (Theragra chalcogramma).
En los últimos años el país ha visto reducida su producción pesquera y aparece como quinta potencia a nivel mundial, por detrás de China, Indonesia, EEUU y Rusia.
Razones técnicas y de todo tipo habrá para explicar todos estos extremos, pero para mí no deja de ser curiosa la posición de Perú codeándose con otros gigantes de esta industria marítima.

(Estos datos están extraídos de los informes anuales publicados por la FAO)

(Mariano Lopez- Acosta)

By Photo by CEphoto, Uwe Aranas or alternatively © CEphoto, Uwe Aranas, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37333752




sábado, 4 de abril de 2020

Francisco I, el eterno antagonista de Carlos V.




Históricamente, Castilla no había tenido contenciosos graves con Francia. Pero cuando Carlos V accede al trono diseña unas prioridades que no siempre coinciden con los intereses de España, sino todo lo contrario.  Actúa más como representante de la casa de Habsburgo (auténtico holding para el que la corona española es una empresa más dentro de sus extensas posesiones) que como soberano español. Por eso, todo el histórico juego de alianzas y de intereses  da un giro de 180°. Para empezar, el control del norte de Italia, del milanesado, se convierte en un objetivo geoestratégico de primer orden para el Imperio, asegura la comunicación entre sus diferentes territorios. Y aquí vendrá el tremendo choque con Francia, que ansía meter aquí una cuña porque  siente cómo se cierne sobre ella la tenaza imperial. Esto llevará a Francisco I a forjar una alianza con el Papado para contrarrestar el inmenso poder de Carlos V. El soberano francés se convertirá así en el enemigo a batir, en la auténtica bestia negra de la Casa de Austria. Además, no dejará de negociar con los turcos cuando sus intereses lo exijan incluso en los tiempos de mayor tensión bélica entre la Cristiandad y el Imperio Otomano.  Con el tiempo, tras la batalla de Pavía,  llegará a ser apresado por España, que lo mantendrá prisionero  hasta satisfacer un cuantiosísimo rescate además de firmar el Tratado de Madrid, dejando a sus dos hijos mayores como rehenes para verificar su cumplimiento. Yo recuerdo que en mis libros de Historia del bachillerato (primeros setenta) la imagen de Francisco I se nos hacía muy antipática, parecía una molestísima piedra en el zapato que  dificultaba pero no impedía, por supuesto,  el camino triunfal hacia nuestras más altas glorias, hablando más o menos según la terminología de aquellos años. Los de "Por el Imperio hacia Dios".
 Por lo demás cabe decir que Francisco I está asociado al periodo de esplendor del Renacimiento en Francia. Gran admirador de las corrientes artísticas y culturales que venían de Italia, ejerció el mecenazgo sobre Leonardo da Vinci.

(Texto: © Mariano López A. Abellán)

[Retrato de Francisco I  (hacia 1525 óleo sobre tabla, 96 x 74 cm). Jean Clouet. (Bruselas, 1480 -Paris, 1541). Museo del Louvre. París.]

De Jean Clouet, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=30275305


El afeitado de la barba en la Antigua Roma

 Desde la antigüedad se dejaban crecer la barba de forma generalizada tanto los griegos como los romanos. Fue  Alejandro Magno quien impuso el rasurado del rostro en los primeros. Por su parte, los ciudadanos de Roma adoptaron esa moda ciento cincuenta años más tarde. Titus Quinctius Flaminus sale con barba en sus monedas proconsulares en los primeros años del siglo II a.d.C. Durante la generación posterior ya son muchos menos los romanos que la llevaban. Siempre eran los emperadores y los máximos mandatarios los que imponían la estética de la época. Escipión Emiliano se hacía afeitar todos los días. Cuarenta años después ese hábito estaba extendido de forma universal en la sociedad romana. Sila, Julio César, Augusto continuaron imponiendo esa costumbre. El afeitado era diario y solo se dejaba de hacer como forma de expresión de alguna desgracia. (César no lo hizo el día en que los eburones aniquilaron a sus lugartenientes, Antonino, después de su derrota en Módena, Augusto cuando supo de la noticia del desastre de Varus).
El barbero de ese tiempo era el llamado tonsor. Nadie se afeitaba solo. Las clases altas lo tenían a su servicio permanente en el hogar. Allí se encargaban del aseo personal, barba y cabello de sus amos (cura corporis) Pero había otros que se establecían en las tonstrinas, un equivalente a las actuales peluquerías y barberías. Éstas constituían un mentidero, un punto de cita, lugar donde se despachaban asuntos de todo tipo.
 Las tarifas del tonsor eran muy elevadas. Para las clases más humildes había tonsores menos cualificados que realizaban su trabajo en plena calle, con precios, evidentemente, mucho más económicos.
 La cuchillas barberas eran de hierro, no se usaba ninguna sustancia, ni espuma, ni crema lubricante. Simplemente se remojaba la cara con agua.
 El primer afeitado de la vida de un joven constituía un acto social de una gran trascendencia cuya celebración daba lugar a una ceremonia religiosa : la depositio barbae.  Pasada cierta edad, y a no ser que se tratara de un soldado o de un filósosfo, estaba mal visto retrasar dicho ritual.
   Los barberos más reputados tenían fama de una lentitud desesperante. En cambio, la actividad de tonsores más rápidos y económicos llevaba aparejada, en muchos casos, la ejecución de auténticas carnicerías en los rostros de los ciudadanos más humildes y menos pudientes.
 A principios del siglo II  los romanos comenzaron a cansarse del afeitado y cuando el emperador Adriano se dejó la barba rizada con la que aparece en monedas, bustos y estatuas, fue entusiasta la forma con que acogió la población la nueva estética. Marcó tendencia e impuso la moda de los rostros barbados. Nadie echó en falta la costumbre del afeitado diario...

(Texto: Mariano López- Acosta)

De Desconocido, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=388210

El mítico iceberg B- 15




A finales de marzo del 2000 los satélites detectaban el mayor iceberg del que se haya tenido noticia hasta el momento, el mítico B-15. Medía unos 270 kilómetros de largo por 40 de ancho. Casi como la provincia de Burgos, por poner un ejemplo. Su altura media sobre el nivel del mar era de 60 metros. Teniendo en cuenta que nueve partes del mismo están sumergidas, podemos hacernos idea del descomunal tamaño de este objeto flotante.
 El gigante de hielo se había desgajado de la banquisa o plataforma de Ross. (Ésta es del tamaño del estado de Texas. Es como una inmensa superficie helada adherida a la costa de la Antártida).
 Como algunos otros icebergs, el B-15 se quedó varado entre los hielos  merced a las corrientes marinas que circundan la Antártida y que impiden que estas grandes masas heladas migren hacia el norte donde aguas más cálidas del Hemisferio Sur los van derritiendo. Así pues quince años después, en marzo de 2015, el Centro Nacional del Hielo (NIC) de EEUU verificaba que el histórico B-15 aún permanecía sobre el mar, si bien dividido en nueve grandes fragmentos. (Hay que considerar que el NIC solo consigna icebergs con longitudes iguales o superiores a 19 km)

(Texto: © Mariano López A- Acosta)

Imagen: Investigadores instalando  instrumentos meteorológicos y GPS en Iceberg B-15A, 29 de enero de 2001
By NSF/Josh Landis, employee 1999-2001 - Antarctic Photo Library, U.S. Antarctic Program, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1815136

Javier Marías. "Así empieza lo malo".

 Mi humilde homenaje a Javier Marías consiste en este comentario sobre la última obra suya que leí, Así empieza lo malo . Intentaré esquemat...